domingo, 1 de febrero de 2015

Oración

Las palabras se amontonan en mi mano. Buscan salir, desprenderse. A veces se escapan, y su partida es trágica; sobre todo para las viejas, ésas que se detienen después del punto y a parte. Pero las altivas, jóvenes, inexpertas mayúsculas sólo piensan en ellas. No saben observarse a través de los párrafos ya que son únicas y a distancia, y acaso, sólo acaso, se unen por una sigla, o porque tienen que reclamar alguna idea o alguna ausencia implícita en su forma de pensar o manifestarse-

martes, 16 de abril de 2013

Reclamo a la Corte Suprema de Justicia cuando Uribe era Presidente



Es una injusticia,
una torpe injusticia,
tener un presidente
con los dientes podridos.

Y sí, es una idiotez
pensar: “estamos vivos”,
cuando por dentro
nos devora el miedo,
nos cercena el espíritu.

Señores: no es falso el campesino
que un día salió al alba
y anocheció con un tiro.

¿Acaso fue un suicidio?
Los militares lo saben,
pero nadie lo ha dicho.

Mandados por aquél
de los dientes podridos
mataron a granel,
suelen ser esquivos.

Hasta que de pronto
aquellos dientes podridos
caigan en su cuello
como una daga con filo. 

Poeta

Hace bastantes días no te miro a los ojos,
no dejo deslizarte pasiones, frustraciones,
ecos lejanos de alguna pena.
Ni la alegría,
ni el dolor,
ni los eminentes naufragios
quedan inscritos en tus costas.

Hace bastantes días que no me observo en el espejo.

Vertimiento

No es de su cuerpo
lo que la piel reclama.
No son las caricias
ni el estremecimiento.
No es su mirada ni el sueño,
ni la soledad de la cama.
Es, simplemente,
lo que trae la calma.

lunes, 14 de enero de 2013

Monólogo de un escriba

¿Qué estás pensando, sintiendo, meditando, decidiendo, callando, y peor aún: reprimiendo? Y aunque la lista de gerundios suele ser más larga, y por supuesto, más tediosa, cada realidad nos establece, tipo malla, o tabla de doble entrada, cómo debemos modalizar nuestras palabras, y sobre todo los silencios, ya que, -es inevitable dirían algunos- éstos hablan (a gritos, a gritos, a gritos) sobre nuestros actos. Diré: se trata de un prisma de sensaciones, o rayos refractándose, imágenes convexas o hechos inamovibles; los hechos me excluyen, y últimamente me siento derrotado. A veces este malestar del ánimo se calma; pero dura poco el analgésico. Entonces queda la escritura: una hoja  abriéndome su laberinto. Ojalá no me pierda. Ojalá.

jueves, 3 de enero de 2013

Estrechez

Me acorralan otras sombras,
ajenas a mí, a este río de lágrimas.
Tengo calor, hambre, sueño,
una necesidad imperiosa del grito.
Me ahogo, y no tengo ventanas.

viernes, 30 de noviembre de 2012

Vacío

Abrimos la casa,
pero nadie vino:
ella y yo,
o sólo yo, sin ella.
Ahora queda la ausencia.